Sóc en Toni Mariné Sanz. Si has arribat aquí potser voldràs trobar alguna cosa interessant o amb la que et puguis trobar identificat. Tot és possible!. Jo sóc un mestre de primària i també un naturalista primari o aficionat. En aquest bloc publicaré les reflexions que em venen al cap sobre aquests dos temes, principalment. Espero que trobis alguna cosa de profit.
dijous, 26 de setembre del 2013
dimecres, 25 de setembre del 2013
PROGRAMA GOLDEN 5. GESTIÓN DE AULA. QUIENES SOMOS Y COMO ACTUAMOS EN EL AULA
Programa golden 5
Golden Areas. Gestión de aula
¿Cómo entendemos el liderazgo en el aula?
El profesorado tiene distintas perspectivas sobre como
ejercer su liderazgo en el aula. Como dimensiones principales se suelen
clasificar en “estratega” y “comunicante”. Un docente puede ser “estratégico”
lo cual significa que lo más importante será cumplir con lo planificado para la
sesión; las preguntas y las experiencias propias del alumnado no son lo
suficientemente relevantes como para cambiar el orden establecido. La otra
dimensión es el “comunicante” especialmente interesado en dialogar con los
estudiantes, comprenderlos e implicarlos. Ambas dimensiones se combinan, en un
mismo docente, en mayor o menor medida.
Centrado en estas dimensiones otras clasificaciones se
han realizado, una especialmente utilizada es la que discrimina entre una
gestión del liderazgo del aula “centrados en el alumnado”, versus “centrados en
el profesorado”.
El profesorado que basa su gestión en el diálogo y las
relaciones en el aula, puede ser llamado un “líder de clase orientado al
alumnado”. La interacción con los alumnos y entre
las alumnas es esencial y facilitar la construcción de ciudadanos
reflexivos es su principal objetivo. Este tipo de profesorado
utiliza una gran cantidad de actividades de trabajo grupal y cooperación.
Las actitudes y los valores de los estudiantes así como el clima de la clase
son aspectos de mucha importancia en el aula.
En el extremo opuesto tenemos al profesorado que basa su
liderazgo en reglamentos y rutinas, controla, monitorea y enfatiza el
cumplimiento del rol del estudiante en el aula, entendiendo por éste el estar
en silencio, escuchar al profesorado y seguir sus orientaciones o directrices.
El profesorado es activo, el alumnado es pasivo. Se denominan entonces “líder
de clase orientado al profesorado”. El profesor va
presentando nuevos contenidos a la clase, luego formula preguntas para ver si
se ha entendido y finalmente los alumnos resuelven tareas individuales.
Es interesante pararse a pensar en la gran diferencia
entre lo que hacemos y lo que los demás entienden con nuestro comportamiento.
Profesores muy seguros de estar transmitiendo un mensaje de manera oral, frecuentemente
transmiten otro de con su manera de actuar. El orientado hacia el profesorado,
tenderá a alzar la voz, grita y que a menudo hace ultimátum haciendo valer su
status o poder, que tienen mucho que decir por lo que los demás deben de
escuchar.
El orientado al alumnado, es un profesor que está
sistemáticamente trabajando con la mala conducta a un nivel individual, que
aborda los problemas de una forma comunicativa (relacional) que no tiene
soluciones, sino que comparte lo que sabe y es validado y comprendido por los
estudiantes. Todos entienden el por qué y encuentran apropiadas las estrategias
utilizadas.
Además de ser importante cómo entendemos el liderazgo en
el aula, para poner en marcha todo un conjunto de estrategias de gestión u
otros, es igualmente importante la manera de ejercer el control de la
situación. En este sentido, diversos autores señalan distintas clasificaciones
pero todas coinciden en establecer un continuo entre la actitud de no-control,
hasta el sobrecontrolador.
La ausencia de control, se describe con un liderazgo
débil y que no confronta a estudiantes con un comportamiento no-estándar. La
razón para esto puede ser su propia inseguridad, baja competencia o quizá el
deseo de ser “popular” con los estudiantes la vía de no confrontarlos. Bajo tal
debilidad de liderazgo el alumnado más visible jugará un rol más importante y
la clase dominará el encuadre del aula.
La actitud opuesta es el profesorado
sobre-controlador que está monitoreando todo en
cada momento. Todo detalle se vuelve importante y le
presta atención a todo “mal comportamiento”. Este tipo de docente suele generar
mucho stress negativo y confusión en la clase. Una actitud extrema sería la
“paranoia”, donde el docente considera todo mal comportamiento como un ataque
intencionado a su persona, al control de la clase o al proceso de enseñanza.
Suele “perder los estribos” y busca “chivos expiatorios” entre los estudiantes.
En la mitad del continuo se encuentra la actitud de
control, un docente seguro que usa estrategias claras y que es capaz de
generar un clima (medio-ambiente) de aprendizaje positivo, con relaciones y
sentimientos positivos hacia la clase e igualmente de forma individual.
En la misma línea de investigación Lewis muestra otra
clasificación de actitudes dentro de tres modelos teóricos llamados
“intervencionista”, “interaccionista” y “no intervencionista” (Lewis, 1998). El
primero refleja control y vigilancia; esta visión presupone que los estudiantes
no son capaces de controlarse a sí mismos. Los otros dos enfoques dan oportunidad
de “tener voz”a los estudiantes.
propuesta de pasos claves
Nuevamente se han comenzado a reconectar el tema de la
gestión del aula con la “instrucción” y los “rasgos personales”, tales como ser
considerado y cuidadoso en el trato (en el sentido de importar) (Weinstein,
1998), la moralidad (comportamiento ético) (Hansen, 1993) o el estilo de
comportamiento (modales) (Richardson y Fallona, 2001). Se entiende por “estilo
o modales” la conducta virtuosa de un maestro o los rasgos de carácter puestos
en juego o revelados dentro del contexto de clase. Virginia Richardson examinó
la continuidad y los cambios en los estilos de los profesores. Los rasgos
intelectuales y morales que emergen de su análisis incluyen: justicia,
consideración, compromiso con los objetivos educacionales y análisis crítico de
las propias prácticas y teorías.
En este sentido se han llevado a cabo diversas
experiencias, incluyendo aspectos relacionados con el apoyo emocional del
profesor y su efecto positivo en los estudiantes (Bru, Boyesen et al.1998), y
los cinco factores más importantes del profesorado (Bru, Stephens et al.2002):
(1) un docente en el que los alumnos reconocen una base
emocional segura, sólida,
(2) un docente que es hábil o experto en la enseñanza de su
tema,
(3) un docente que permite a los estudiantes influir
sobre sus propios procesos de aprendizaje,
(4) un docente que supervisa globalmente las actividades
de la clase y
(5) un docente que puede pasar del control de la clase
global a un plano personalizado sin favoritismo.
En la misma dirección, Norris ha desarrollado el Método
de Aprendizaje Social y Emocional (Norris, 2003), o Zipora Shecthman, de
Israel, quien está trabajando con la enseñanza afectiva como método de
potenciar el control de la clase (Shechtman y Leichtentritt, 2004).
En el mismo sentido nosotros partimos que la realidad de
nuestras aulas es difícil,complicada; asumiendo que en el aula mandamos todos,
y por lo tanto una perspectiva centrada en el alumnado, donde el aula es un
espacio compartido y donde todos y todas debemos respetarnos, creemos que se
pueden aportar algunas cuestiones claves que pueden, y de hecho lo hacen,
mejorar sustancialmente nuestras habilidades gestionando un aula.
Esperando contribuir en este campo, proponemos una serie
de pasos que hemos organizado en tres áreas que consideramos estructuran este
espacio, de un lado la estructura, reglas, rutinas, claves no verbales que
dotan al espacio-aula de una entidad de clase. Por otro lado están las
relaciones que en este espacio se desarrollan, y cómo se controlan las
interacciones, y finalmente qué valores se transmiten y como se ponen en marcha
en la resolución de problemas en el aula. Se aportan ejemplos concretos sobre
aspectos que pueden hacernos mejorar nuestras habilidades para gestionar el
espacio de aprendizaje del aula.
1.- Comenzando
Qué tipo de estrategias utilizará para ganarse la
atención de la clase, por ejemplo cuando entra en ella. Algunos profesores
llegan y alzan la voz, otros se mantienen callados y esperan que la clase se
tranquilice, otros reprenderán a los alumnos o darán un sermón. Otros usarán
estrategias claras como dar tres palmadas u otros signos. Lo que cada docente
hace en esta estructura es muy importante en el sentido de si éstas crean mayor
confusión o stress o siayudan a mantener controlada la clase, e igualmente
importante si se hacen de manera consciente y consistente en el tiempo, para
convertirse en un sistema de comunicación.
PASO CLAVE: Progresividad: Construir un
sistema de control de la conducta usando claves no-verbales para la atención
grupal (como pudiera ser elevar las manos), informar sobre la conducta
esperada, siendo un modelo de relaciones (como la aproximarse a los alumnos,
hablar bajo), etc.
.
Una vez que conseguimos la atención del grupo es
importante destacar aquellos comportamientos que son estupendos, porque estén
teniendo lugar, o porque serán los que potenciaremos y queremos en la sesión de
hoy. Se recordarán los comportamientos esperados, no los que queramos eliminar.
PASO CLAVE: Atención: Poner atención y
alabar las conductas positivas de la clase si se quiere que éstas se repitan.
En el momento del trabajo de los estudiantes, ya sea
oyendo una explicación o realizando tareas, es fundamental que se cree un clima
que permita la concentración y las mejores condiciones para realizarlo. Es por
ello fundamental que la actividad fluya y tenga continuidad, siendo este el
principal objetivo. En lugar de decir que hay ruido, deberemos de intentar que
las fuentes de los mismos sean minimizadas.
PASO CLAVE: Fluidez y Continuidad: No
dejar que un comportamiento interrumpa la lección o el trabajo, intentando
lidiar con la mala conducta y seguir con la clase al mismo tiempo.
Algunos ejemplos que pueden ser utilizados es mirar la persona
a los ojos, resolver los conflictos a un nivel bajo, indicar con la mano,
mantener contacto fisico, estar más cerca, etc.
En los momentos de cambio de actividad se crean los
momentos de transición, los cuales facilitan la disrupción y los problemas en
el aula. Para ello debemos de estar preparados, y pensar en actividades o
maneras de gestionarlo de la manera más suave y breve posible. Tener materiales
previamente preparados, o tener las instrucciones muy visibles, o tener
disponible una actividad que mantenga su atención brevemente, favorece que
estos momentos sean de menor duración o más llevaderos.
PASO CLAVE: Ser oportuno (Momentum): Asegurarse
de organizar las actividades y la
instrucciones en secuencias sucesivas y naturales.
Finalmente se concluye la sesión, pero es fundamental
“cerrarla”, realizar un ejercicio de síntesis, y de reflexión, donde se aborda
qué se ha hecho en clase, qué estuvo bien, qué se aprendió, con qué cosas el
docente quedó satisfecho y en qué habrá que focalizarse en la siguiente sesión.
PASO CLAVE: Anclar y Prospectar: Este
paso consiste en organizar el tiempo para “anclar” y prospectar la próxima
lección cuando se está terminando una sesión. Para los estudiantes es
importante saber lo que se ha hecho y lo que se ha aprendido, que estuvo bien y
qué se aprenderá la próxima lección.
2.- Relaciones y control
El profesorado debe de estar dotado de una serie de
estrategias que le permitan controlar las relaciones del alumnado. Estas
estrategias deben ser lo más explícitas posibles, de manera que se facilite una
comunicación no verbal con el alumnado, que puede ser además controlada con el
uso de gestos, señales, o símbolos compartidos.
Una manera de abordar los posibles problemas que el
propio grupo genere es mediante la “proactividad”:
PASO CLAVE: Proactividad: Resolución de
problemas en niveles bajos (en privado, voz baja, cerca del alumno, antes o
después de la clase)
Claves No-Verbales (gestos)
Lenguaje Incidental
Tomarse un tiempo
Orientación del comportamiento
Recordar reglas
Detención, acuerdos parciales
Agradecer en vez de pedir
Igualmente tiene que asegurar el control del aula,
manteniendo la concentración de los alumnos, comunicándose con éstos y
realizando pequeñas correcciones o regulaciones.
PASO CLAVE: Ayuda Visual: Algunos
profesores descansan demasiado en un enfoque
auditivo respecto la enseñanza. Sin embargo sabemos la
importancia de las claves visuales: escriba todos sus mensajes e instrucciones
para el trabajo en la pizarra o en la hoja de trabajo.
Cuantas más claves visuales tengamos, implica que estamos
desarrollando otro sistema de comunicación que facilita el trabajo en gran
grupo. Es importante tener señales, anuncios, reglas, e igualmente tener
referencias visuales a los temas que se trabajan.
Prevenir es mejor que intervenir, es importante ver los
signos y tener conciencia de cuando se ha perdido el control o se puede
perder. En este periodo los alumnos están menos concentrados, no escuchan al
profesor, hacen más ruido y se incrementa el estrés en la sala.
Cuando el comportamiento es lo esperado, si estamos
preparados sabremos llevarlo mejor, así es importante considerar el horario del
día, o la temporada del año. Los acontecimientos importantes para el grupo
afectarán a su dinámica, luego de nada sirve ignorarlos.
PASO CLAVE: Anticipación (Preactivity): Pensar
acerca de lo que puede suceder en clases y estar preparado.
Si finalmente el control cae fuera de nuestra gestión, es
el momento de recaptar la atención, para ello nada mejor que hacer algo inesperado
(apagar la luz, sentarse en la mesa, ponerse un sombrero, poner música,
escribir algo en la pizarra…).
PASO CLAVE: Mostrar una conducta inesperada.
Analizar los patrones de comportamiento de los alumnos o entre el maestro y los
alumnos y hacer algo fuera de lo normal o esperado.
3.- Valores y problemas de comportamiento
Presentamos algunos pasos claves que pueden ser de
utilidad para el abordaje en la resolución de conflictos.
Ante la existencia de comportamientos problemáticos se
aconseja abordar el problema tan pronto como sea posible, es decir, tener
conciencia de la situación y no esperar que el tiempo lo mejore, de hecho lo
empeorará con toda seguridad.
PASO CLAVE: Ser Oportuno: Abordar el
comportamiento problema tan pronto sea posible.
Es conveniente si los problemas son permanentes
abordarlos desde el grupo aula, y por ejemplo proponer el desarrollo de un plan
de reglas y derechos. Para ello se puede hacer de manera simple, con el
objetivo que todos tomemos conciencia de los comportamientos del aula que
deberían ser regulados por el beneficio del grupo.
PASO CLAVE: Desarrollo de un plan de reglas y
derechos. Desarrollar un plan acordado con el alumnado sobre cinco
reglas (no más de cinco) que hay que intentar cumplir. Se premia cuando se hayan
conseguido (bien individual o colectivamente). Cuando las reglas se hayan hecho
implícitas, se van rotando e incorporando otras nuevas. Necesitan estar
visibles, y no es más que una estrategia para recordar las tareas pendientes, o
los hábitos por adquirir.
Sobra decir que el profesorado como miembro del aula
también tiene que cumplir las normas.
Ante el incumplimiento de una norma, el grupo deberá
decidir de manera democrática qué hacer para encauzar nuevamente el
comportamiento del alumnado afectado. Se podrá imitar el funcionamiento de una
Asamblea.
Ante la existencia de muchos problemas de comportamiento,
asegurarse que las reacciones nuestras son apropiadas al problema observado. La
escalada de un problema es algo que solemos hacer sin tener en consideración
las graves consecuencias de este proceso, pues posteriormente tendremos que
enfrentarnos a un problema “inflado”, y por lo tanto mucho más difícil de
abordar. Ante un comportamiento problemático, debemos recordar que el comportamiento
puede que no sea el adecuado pero no el individuo en sí mismo. Desde la perspectiva
del alumnado muchas veces la intensidad y gravedad del problema se valora de una
manera totalmente distinta. Se aconseja minimizar los problemas, para atajarlos
de la manera más satisfactoria. Cuanto más precisa sea la definición del
problema, más fácil será su solución sin que haya provocado un efecto “bola de
nieve” como en algunas ocasiones puede ocurrir.
PASO CLAVE: Adecuación: Asegurarse de que las
propias reacciones parezcan razonables frente al comportamiento problemático.
Es importante no escalar en el conflicto y si este fuese intenso al principio,
bajar el nivel, sonreír agradecer y mirar a los ojos.
Es fundamental ofertar un comportamiento alternativo al
alumnado. Para ello es importante que actuemos de manera positiva después de un
conflicto, y crear positivas expectativas, sobre la eventualidad del episodio y
la confianza en que se puede hacer de otra manera.
PASO CLAVE: Reactividad: Hablar con el alumno
después de la clase y llegar a acuerdos de qué hacer en la siguiente sesión,
conversar sobre los posibles comportamientos alternativos o informar sobre la
relación reacción/consecuencia de parte del profesor si la conducta negativa
continua.
REFERENCIAS:
Bru, E., M. Boyesen, et al. (1998).
“Perceived Social Support at School and Emotional and Musculoskeletal
Complaints among Norwegian 8th Grade Students.” Scandinavian Journal of Educational
Research 42 (4): 339-353.
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