dilluns, 3 de març del 2014

SOBRE L'AVALUACIÓ I ALTRES QÜESTIONS, COMPARADES AMB EL CAS DE FINLÀNDIA.

L'avaluació és un dels temes tabús i menys explicitats a l'hora de fer reformes educatives. També és un dels factors que marquen i redirigeixen tota l'atenció i la tensió educativa. Tot acaba estant dirigit a l'avaluació si no s'ha tingut una especial cura d'establir un sistema que no la posi per davant de qualsevol altra consideració pedagògica. Així, el discurs habitual dels continuïstes és del tipus selectiu: les notes serveixen per veure la capacitat del nano i el nivell per poder continuar els estudis. No és una avaluació que animi a millorar sinò a seleccionar. 
Els estudis que exposo a continuació posen l'èmfasi de l'educació a Finlàndia en un sistema d'avaluació no obsessionat pels exàmens i amb mecanismes reguladors de la funció avaluadora en el sentit d'afiançar el caràcter animador i orientador en comptes del punitiu i segregatiu.

A partir del següent document he extret uns pocs fragments relacionats amb l'avaluació, tot i que tot el document és molt interessant i recomanable. Us deixo l'enllaç.

¿Qué hay sobre las notas en Finlandia? ¿Cómo evalúa este país a los alumnos?
¿Encontró un medio de reconciliar evaluación y motivación?

Hasta los 9 años los alumnos no son evaluados con notas. Sólo a esa edad los alumnos son evaluados por primera vez, pero sin emplear cifras. Después no hay nada nuevo hasta los 11 años. Es decir que en el período equivalente a nuestra escolaridad primaria los alumnos sólo pasan por una única evaluación. Así, la adquisición de los saberes fundamentales puede hacerse sin la tensión de las notas y controles y sin la estigmatización de los alumnos más lentos. Cada uno puede progresar a su ritmo sin interiorizar, si no sigue al ritmo requerido por la norma académica, ese sentimiento de deficiencia o incluso de "nulidad" que producirá tanto fracasos posteriores, esa imagen de sí tan deteriorada que, para muchos alumnos, hace que los primeros pasos sobre los caminos del conocimiento sean a menudo generadores de angustia y sufrimiento.
Finlandia ha elegido confiar en la curiosidad de los ninos y en su sed natural de aprender. Las notes en esta fase no serían más que un obstáculo. Ello, por supuesto, no excluye informar a las familias regularmente sobre los progresos de sus niños: en la escuela de Kanenvala boletines se envían dos veces (en diciembre y en mayo). Las notas expresadas en cifras aparecen recién en el 6to año, cuando los niños alcanzan la edad de 13 años.
El mismo ritmo de evaluación es mantenido en el colegio después de los 13 años empleando calificaciones en cifras que pueden ir de 4 a 10. Esta escala de notas, sorprendente para nosotros, los franceses, que tenemos la religión de la nota 20, es un síntoma de la voluntad de valorar al alumno. Él sabe o no sabe. Si él no sabe, obtiene la nota 4, que implica la obligación de retomar el aprendizaje no conseguido. Están proscritos el 0 infamante y las notas muy bajas. ¿Qué interés puede haber en construir una escala de la ignorancia? En cambio, se pueden distinguir niveles de perfección: Un conocimiento puede ser adquirido pero en diferentes niveles de logro: eso es lo que significan las notas entre 5 y 9.
(...)
En Finlandia, la práctica de la evaluación parece estar guiada por el cuidado de no castigar a nadie y de darle siempre la oportunidad al alumno, valorando más lo que sabe que lo que no sabe : « Lo importante es que los alumnos tengan la sensación de que son buenos en algún campo » (Hannu Naumanen, Director del Colegio Pielisjoki). Guiada por este principio, la evaluación de los alumnos pierde su carácter competitivo y angustiante y, por el contrario, puede convertirse en un medio que los estimula y motiva para ubicarse en una gradiente de progreso adaptada a su ritmo.


Per accedir a comparacions amb altres països:


També inclog una opinió d'un mestre sobre la tradició al nostre país de deures i exàmens:

Deberes y exámenes
Tengo la mala costumbre de no callarme cuando participo en una conversación informal sobre la escuela. Suelo disentir abiertamente de los lugares comunes que muchas personas utilizan en esos momentos. Pero cuando más desconcierto provocan mis palabras es cuando explico que soy contrario a los deberes y que en mis clases procuro no hacer exámenes. Ahí compruebo la enorme influencia de la tradición escolar: hay cuestiones que son como son, simplemente porque siempre han sido así.
Pero analicemos detenidamente un caso concreto.
He contabilizado los exámenes de una niña de 10 años durante el primer trimestre. 5 de Mate, 5 de Lengua, 5 de Cono, 2 de Inglés, 2 de Música, 2 de Ed. Física, 1 de Plástica y 1 de Ed. para la Ciudadanía. 23 en total. He mirado el número de semanas de clases. Suprimiendo la primera y la última salen 12. Dos exámenes por semana. ¿Es posible mantener el gusto por aprender con esta presión constante por memorizar contenidos?
Siguiendo mis pesquisas he observado sus tardes de deberes durante una semana. Lunes, durante 3 horas y media hace con dificultad 11 ejercicios de Mate, Lengua y Cono, estudia el tema 10 de Mate para un examen próximo y memoriza, sin entender casi nada, una página de Inglés. Martes, dedica el mismo tiempo a 13 ejercicios, sigue memorizando el tema 10 de Mate y prepara un examen de recuperación para el día siguiente de dicha materia. Afirma con frecuencia que no entiende lo que estudia. Miércoles, protestando hace en 2 h. 13 ejercicios, sigue con el tema 10 de Mate y empieza los temas 10 de Lengua y Cono para exámenes inmediatos. Copia el resumen del tema de Lengua sin saber para qué lo hace. Jueves, agotada y enfadada permanece 3 h. haciendo 13 ejercicios, copiando un mapa y preparando los temas 10 de Mate, Lengua y Cono. Viernes, se examina de Cono y por la tarde se niega a trabajar. Domingo, se pasa 5 horas haciendo 19 ejercicios, repasando los temas 10 de Mate y Lengua para los exámenes de lunes y martes, empieza el tema 11 de Cono y lee una novela de 140 páginas que tiene para el fin de semana (sólo llega a la mitad). Se acuesta odiando la escuela.
Ha trabajado 17 horas fuera de la escuela. 3h. 25’ de media para cinco días. ¿No quedamos en que estaba prohibido el trabajo infantil?, ¿dónde y cuándo aprenderá esta niña todo lo que la escuela no puede darle?
Sobran más comentarios.
Rafael Porlán
Coordinador campaña NO ES VERDAD

 disponible a l'enllaç:

També una entrevista a Xavier Melgarejo sobre el sistema educatiu finlandès.

I dues cites:

Andreas Schleicher, director del Informe PISA de la OCDE
"Profesores del siglo XX, intentan educar a jóvenes del siglo XXI, en unas escuelas del siglo XIX"

- "Si algú té raó se li estira l'americana, tot recomanant-li calma i serenitat" (J. Pla)

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