por Alberto Díaz Pinto
el 11/12/2015 en Reflexión
El budismo es, más que una religión -que también-, una filosofía de vida. Su credo es uno de los más antiguos, que sigue practicándose por unas 200 millones de personas de todo el mundo en la actualidad.
Lo que ha favorecido que su dogma no se haya perdido y que siga ganando seguidores, es la sencillez con la que son transmitidos sus mensajes cargados de sabiduría, en los que muchas personas han encontrado una fuente de inspiración ya que, mediante su análisis y acatamiento, pueden enseñarnos bastante sobre cómo vivir nuestras vidas y sacarles el máximo partido.
Pero sin duda, una de las cosas que más nos llaman la atención es que no hace falta hacerse seguidor de esta religión para entender o integrar algunas de sus enseñanzas en nuestras vidas. Tan solo hay que abrir el corazón y nuestras mentes con la mejor ilusión.
Por eso hoy queríamos mostrarte 7 de las mejores frases que Buda dejó como legado, y que si todos cumpliésemos a rajatabla, el mundo sería muy distinto:
1. “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”
Si tenemos en cuenta que solo puede dañarnos aquello que nos importa, evitar el sufrimiento simplemente podría consistir en dar un paso atrás, desligarse emocionalmente y ver “el polígono” desde otra cara. Y es que al fin y al cabo el dolor es algo físico e inevitable en muchos casos, pero el sufrimiento es una elección que depende de nosotros, de nuestras emociones y pensamientos.
2. “Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”
A veces nuestro pasado nos persigue o estamos excesivamente preocupados por el futuro. Esto hace que no vivamos y disfrutemos del momento, dejando pasar nuestra vida de largo siendo completamente inconscientes de ello. Si nos paramos a pensar detenidamente, no podemos hacer nada por lo que ya pasó y a veces el futuro también escapa a nuestras manos. Por eso, si te paras a vivir el presente, aprenderás a ser consciente, vivir el momento y a disfrutar de todas y cada una de las experiencias de tu vida.
3. “Cuida el exterior tanto como el interior, porque todo es uno”
Una verdad como un templo. Para alcanzar el pleno bienestar, es necesario que cuerpo y mente estén en completo equilibrio, pues este estado nos facilitará una plenitud emocional mucho más rica. Para ello debes practicar el contacto con todo lo que te rodea y contigo mismo. Al fin y al cabo, el mundo es un reflejo de nosotros mismos. El yoga o la meditación podrían ayudarte mucho en esta tarea.
4. “Más vale usar pantuflas que alfombrar el mundo”
Es así como vivimos la mayor parte del tiempo, esperando a que todo y todos se ajusten a nuestras necesidades y caprichos. Somos seres adormecidos y limitados a copiar, a repetir, a saltar del dolor al placer acumulando sufrimiento, y todo porque así nos lo enseñaron. Quien espera que el mundo de su alrededor esté alfombrado, para así caminar descalzo sin miedo de mancharse o de hacerse daño, siempre estará a desilusionado con el mundo.
5. “No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo”
Básicamente viene a decir lo mismo que la frase “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. Sin duda esta reflexión exige un profundo conocimiento de nosotros mismos y la capacidad de sentir una gran empatía hacia los demás.
6. “No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”
Una de nuestras principales preocupaciones es que siempre queremos más, tanto material como emocional, para sentirnos mejor con nosotros mismos y con aquello que nos rodea. Esta frase lo que nos enseña es que hay que aprender a vivir con lo justo y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en cada momento. Y es que al fin y al cabo, las posesiones no dan la felicidad, ya que esta debe cultivarse desde dentro.
7. “Para entender todo, es necesario olvidarlo todo”
A medida que crecemos, nuestra mente va llenándose de normas sociales que nos indican cómo debemos ser, como deben ser las cosas, cómo debemos comportarnos e incluso qué debemos pensar interiormente. Esto hace que nos volvamos inconscientes con nosotros mismos. Por ello, tenemos que aprender a desligarnos de las creencias, hábitos e ideas que no provienen de nuestro corazón.
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